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#Embarcación: En #Panamericana, Entrevistamos a el Suboficial Principal Juan Tobar quien en nuestro medio relataba como fue la operación Rosario

#LainformaciondeldiaLunesG4

Por #Panamericana, Juan Tobar Suboficial Principal comentaba que a mediados de diciembre del año 1981 el comandante en jefe de la Armada Jorge Isaac Anaya impartió la primera orden del conflicto al jefe del Estado Mayor General de la Armada Alberto Vigo. La indicación contemplaba la toma de las Malvinas, el alistamiento de los cazas Super Étendard y la adquisición de aviones P-3 Orion.7​ Con esa orden, Vigo ordenó al comandante de Operaciones Navales, vicealmirante Juan José Lombardo

El 12 de enero de 1982 la Junta Militar resolvió que el general de división Osvaldo Jorge García —comandante del V Cuerpo de Ejército—, el vicealmirante Juan Lombardo y el brigadier mayor Sigfrido Martín Plessl —comandante de Instrucción, constituyeran un equipo de trabajo para realizar un estudio de una operación militar en las Malvinas. La Junta incorporó esta resolución al acta del día manteniéndola en secreto. En este sentido, se planeó que la planificación fuera secreta y manuscrita. Las reuniones se realizarían en distintos lugares

Se planteó también que los jefes de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas y el ministro de Relaciones Exteriores Nicanor Costa Méndez se incorporarían a la planificación eventualmente.17​

El 26 de enero de 1982, la Junta Militar resolvió que el equipo de trabajo expusiera los planes a mediados del mes de marzo siguiente. La comisión redactó los planes cuyos objetivos fueron [sic] «consolidar la soberanía argentina en las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y contribuir a afirmar su pleno ejercicio en el Atlántico Sur».18​ La documentación estableció además la Resolución Estratégica Nacional del Comité Militar de emplear a las Fuerzas Armadas para recuperar los archipiélagos australes en litigio con el Reino Unido.19​

La comisión dijo que la operación militar era «apta, factible y aceptable» y que «la Fuerza Conjunta estaría en condiciones de ejecutar la operación a partir del 15 de mayo de 1982». El documento imponía dos condiciones importantes: «Debe mantenerse el actual estado británico de defensa de las islas y de tenerse que recurrir a la fuerza, esta debe ser restringida a operaciones incruentas a fin de minimizar la reacción británica y alentar a una mejor posición negociadora».

El 26 de marzo de 1982 la Junta Militar ordenó la ejecución de la operación adelantándola 45 días con respecto al plan original de desembarcar el 15 de mayo La Armada Argentina formó dos fuerzas de tareas: la FT 40 (anfibia) y la FT 20 (de apoyo) que zarparon de Puerto Belgrano el 28 de marzo La primera formación estaba liderada por el destructor ARA Santísima Trinidad (D-2) y la segundo por el portaviones ARA Veinticinco de Mayo

Ya el 2 de abril, a primeras horas, se dio el desembarco de un grupo de comandos anfibios y de buzos tácticos con botes neumáticos para despejar posibles obstáculos o minas que hubiera en las playas para el arribo de los vehículos anfibios, a la 1:30, los hombres de Sánchez Sabarots se dividieron en dos grupos: el primero, comandado por él mismo, se dirigió a los barracones de la Real Infantería de Marina británica en Moody Brook para atacarlos; el segundo, bajo el mando del capitán de corbeta Pedro Edgardo Giachino, segundo jefe del Batallón de Infantería de Marina N.º 1 (BIM 1), avanzó hacia Puerto Stanley con objeto de tomar las oficinas del gobernador y capturarlo. El cabo Jacinto Eliseo Batista integró el grupo inicial de comandos que desembarcó en Pembroke: A la 1:55, el submarino ARA Santa Fe salió a la superficie, frente a Punta Calebroña y lanzó sus buzos tácticos a unos 3000 m del faro San Felipe, que se encontraba apagado, alejándose después, a máxima velocidad en superficie, para regresar a su lugar de patrulla. Pero los británicos, sobre aviso, habían evacuado los barracones y estaban desplegados en posiciones de combate para defender la localidad. Durante la aproximación al área de Moody Brook, Sánchez Sabarots había perdido a uno de sus hombres, el teniente de navío Jorge Horacio Bardi que se había torcido el tobillo en la oscuridad, convirtiéndose en la primera víctima de la guerra.45​

A las 4:20, el destructor ARA Hércules izó su pabellón de guerra y comenzó su patrulla en Puerto Groussac, protegiendo el inicio de la fase de asalto, la aproximación del BDT ARA Cabo San Antonio y de la corbeta ARA Drummond. A las 5:45, la Fuerza de Desembarco de Sánchez Sabarots abrió intenso fuego automático y de granadas de aturdimiento sobre los barracones donde suponían a los infantes de marina británicos. A los pocos minutos, descubrieron que nadie devolvía el fuego (estaban vacíos). El ruido, por el contrario, alertó al mayor Mike Norman —que dirigía a las fuerzas británicas— de que los argentinos habían llegado.

Cerca de las 6:00 se apagaron las luces de la bodega del BDT, se abrieron las compuertas de proa y se pusieron en marcha los enormes extractores de gases.

A las 6:22, llegó la orden «¡Primera ola al agua!» y, desde el portal de proa del ARA Cabo San Antonio, comenzaron a lanzarse al mar los vehículos anfibios, con tropas de élite integradas por el Batallón de Infantería de Marina N.º 2 cuyo comandante era el capitán de fragata de IM Alfredo Raul Weinstabl y junto a ellos, la Sección Gato del Regimiento de Infantería 25 del Ejército Argentino, a cargo del subteniente Roberto Oscar Reyes, embarcados también en uno de los anfibios.46​ Uno a uno fueron zambulléndose al mar los tractores anfibios, orientándose solo con las balizas que habían colocado los buzos tácticos del submarino ARA Santa Fe. La primera oleada fue la vanguardia de la Fuerza de Desembarco, integrada por efectivos de la Compañía Foxtrot del Batallón de Infantería de Marina N.º 2 bajo el mando del capitán de corbeta (IM) Hugo Jorge Santillán como Comandante de la Vanguardia y el teniente de corbeta (IM) Carlos Ramón Schweizer como segundo comandante y jefe de la Compañía Foxtrot. Esa formación de avanzada llegó a tierra y enfiló hacia el aeropuerto. Una vez que se llega a la cabecera de pista del mismo, el subteniente Reyes recibe la orden de despejar con sus tropas del Ejercito Argentino la pista principal que se encontraba obstaculizada con maquinarias y tractores.

Fuente: Panamericana/ El lugar de la noticia